Un paseo por el tiempo
Un niño mira atónito hacia la calle, desde la parada del colectivo, y no consigue comprender lo que sucede. Su padre, y otras tres personas, también están desentendidos mientras esperan el 85 en la esquina de Rivadavia y Emilio Mitre. Los pasajeros de la línea 2 miran hacia la calle, desde arriba del micro en el que viajan, y sonríen con complicidad. ¿Qué es lo que ocurre? -se preguntan entre ellos- ¿Qué es esa antigüedad que circula por la avenida en mitad de la tarde y en pleno siglo XXI? Las dudas se dispersan cuando ven la inscripción en amarillo en la parte superior del vehículo, que dice: “Tranvía histórico de Caballito”, seguido de otro escrito que indica que el vagón pertenece a
Desde que el 22 de abril de l897 se inauguró el primer servicio de tranvías eléctricos de Buenos Aires, que recorrió la avenida Las Heras desde Canning hasta Plaza Italia, se inició una estrecha relación entre el crecimiento de la ciudad y los rieles. En un principio los pasajeros se sorprendieron porque el vehículo tenía la capacidad de desplazarse hasta a
A pesar de que Buenos Aires creció y se desarrolló a la vera de los rieles tranviarios, en 1961 las autoridades tomaron la drástica decisión de eliminarlos definitivamente a causa de las presiones de algunos grupos económicos. Los transeúntes de Rivadavia probablemente no veían un tranvía desde que dejaron de utilizarse, por decreto del poder Ejecutivo, el 19 de enero de 1963 y fueron definitivamente reemplazados por los buses. Este tipo de vehículos “viejos, sucios y anacrónicos”, como se los denominaba a principios de la década del Ahora no queda ningún vagón de Tranvía en funcionamiento como medio de transporte. De los tres mil que circularon por la ciudad no sobrevivió uno sólo, ni si quiera en exhibición en algún museo. La mayoría de las empresas se convirtieron en líneas de colectivos, como se las conoce hoy, y retomaron ciertos tramos del antiguo recorrido tranviario. “El estado vendía los tranvías como chatarra”, cuenta Marcelo Cáceres Miranda, vicepresidente primero de
Tras la entrega de un boleto simbólico, se inicia el paseo partiendo de la vieja estación “Polvorín”, ubicada en la esquina de Bonifacio y Emilio Mitre (a siete cuadras de la actual terminal de la línea A de subterráneos, estación “Primera Junta”). El vagón de madera verde, decorado con tulipas antiguas y ventanas de vidrio blanco con delicadas rosas rojas pintadas, comienza su lento recorrido sobre rieles por las calles de Caballito. Desde la cabina de mando ingresa Oscar Ceballos, prosecretario de Como si estuviera dentro de la máquina del tiempo, un hombre le cuenta eufóricamente a su hijo de siete años cómo eran las épocas en las que él viajaba en tranvía para ir a la universidad. A su vez, comenta detalles que el niño escucha maravillado: por ejemplo, la utilidad de la cuerda que cuelga de atrás hacia adelante, cincuenta centímetros debajo del techo: “Esto está unido a una campana que hay en la cabina del conductor”, explica el padre, y luego continúa “se usa cuando alguien quiere bajar en la siguiente esquina como si fuera el timbre de los colectivos de ahora”. Mientras habla, el basurero que limpia la calzada de la avenida Directorio le guiña un ojo al infante a través de la ventanilla del tranvía.
Como en una charla de café, entre funcionales asientos de cuero marrón, dos guías le cuentan a los chicos anécdotas del tranvía desde ambos extremos del vehículo. Algunos ancianos, que hacen la experiencia solos y por su cuenta, se emocionan y se suman para acotar su propia experiencia. Las publicidades estáticas de cerveza situadas en los dos lados del vagón, que ayudan a
Finalizando el paseo, Ceballos ofrece recuerdos del tranvía histórico. Llaveros, postales, tranvías para armar y una revista con información sobre el tema, editada por la propia asociación. Con un costo que oscila entre los cinco y los seis pesos, los pasajeros colaboran para que “Todos los que trabajamos en la asociación tenemos nuestras ocupaciones en la semana y lo hacemos simplemente por que nos gusta”, explica Ernesto Falzone, secretario de
En definitiva, el tranvía histórico no es menos que una gran alternativa funcional para quién busque una pequeña recorrida sencilla, cálida y familiar por la historia de los transportes de 
3 Comments:
Muy interesante lo que contas aqui y me parece que esta muy bien planteado, segui asi...
Saludos
Muy interesante el artículo que resalta la importancia que tuvo el tranvía como medio de transporte y comunicación. Seguí asi...
Saludos
Muy intersante el tema de los tranvias,en estos dias se que estan proyentando volver a ponerlo a circular en Puerto Madero
me gtusto tu nota y puse un link en un post mio saludos
Publicar un comentario
<< Home